Éste es el lienzo en cuestión. La prueba gráfica de cómo el joven Luis XIV se introdujo en el coleccionismo numismático de la mano del que fue uno de los principales artífices de su medallística, Jean Warin (1607-1672)
En esta pintura de pequeño formato (ca. 1645), obra del pintor François Lemaire (1620-1688) y conservada a día de hoy en París, se ve al escultor no solo aleccionando al rey en este arte, sino ejemplificando en la efigie de Alejandro Magno lo que debería ser la carrera militar y política del nuevo monarca galo.
Así pues, Luis XIV, a partir de su famosa divisa medallística NEC PLURIBUS IMPAR, hará realidad los anhelos de los ideólogos de la corte y convertirá el arte -incluyendo cómo no el decorativo- en todo un complejo programa de propaganda, persuasión y fama.
El corpus metálico del Rey Sol finalmente será muy extenso y, del mismo modo que él aprendió junto a Warin la importancia del ars metallica, los reyes y nobles posteriores se mirarán precisamente en él para ponderar su importancia e invertir en su creación y profusión.